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Pensar cĆ³mo pensamos

El ritmo frenĆ©tico con el cual nos vinculamos dĆ­a a dĆ­a producto de un cambio en la forma de comunicarnos en el siglo XXI, con un creciente aumento en los Ćŗltimos aƱos, hizo que nuestro comportamiento haya sido moldeado. Se ve reflejado en varios Ć”mbitos, pero en esta nota quiero centrarme en responder la pregunta ĀæcĆ³mo y en quĆ© estĆ”s pensando?


Considero que esta es un interrogante que poca importancia le damos, pero vital para mejorar nuestra performance.


ĀæCuĆ”ntas veces durante el correr de esta semana te pusiste a pensar cĆ³mo estĆ”s pensando? Āæy durante el Ćŗltimo mes? ĀæSabes cuĆ”l es el impacto que tiene tu pensamiento en tu rutina y en tu labor diaria? Āæte lo cuestionaste alguna vez?


Nadie, ninguno en ninguna escuela cursa pensamiento I (uno) o introducciĆ³n a pensar como estoy pensando y esto es crucial para el desarrollo de nuestra performance.


En muchos Ć”mbitos, entre ellos la escuela, nos enseƱaron que estĆ”bamos contentos porque nos fue bien en una prueba, que estĆ”bamos tristes porque perdimos en el futbol, que estĆ”bamos desilusionados porque nuestro equipo perdiĆ³, quĆ© estĆ”bamos eufĆ³ricos porque perdimos nuestra billetera y asĆ­ podrĆ­amos seguir hasta el hartazgo con innumerables ejemplos.

Ahora bien, las situaciones tal como nos enseƱaron no generan emociones. Pensemos en dos ejemplos: no estĆ”bamos enojados porque perdimos en el fĆŗtbol o tristes porque nos fue mal en un examen. EstĆ”bamos enojados por aquello en lo que estĆ”bamos pensando en el momento de perder el partido o tristes al momento de recibir la nota del examen. EstĆ”bamos atravesados por estas emociones, por aquello en lo que estamos pensando en el momento en que ocurriĆ³ el hecho. Son nuestros pensamientos y nuestras formas de darle significado a las cosas que nos pasan lo que nos hace sentir estas emociones. Cada pensamiento me conecta con una forma de sentir distinta.

Por ejemplo si yo estoy pensando que: ā€œsoy un mal jugador/aā€, ā€œno sirvo para estoā€, ā€œno solo no juego bien al fĆŗtbol, sino que no tengo ninguna habilidad deportivaā€, esta forma de pensar me conecta con una emociĆ³n determinada, en este caso podrĆ­a ser tristeza. La respuesta a ĀæPor quĆ© dos jugadores/as se sienten distinto ante una derrota? EstĆ” determinada por aquello que lĆ­neas arriba explicaba, el jugador nĆŗmero 1 estĆ” triste porque cree que jugĆ³ muy mal y el jugador nĆŗmero 2 estĆ” emocionalmente tranquilo porque piensa que ā€œdejĆ³ todoā€.


La importancia de saber cĆ³mo pienso viene acompaƱado de saber cĆ³mo me voy a estar sintiendo emocionalmente. No es lo mismo ir a trabajar entusiasmado que frustrado. Jugar un partido feliz que triste. Ninguna emociĆ³n estĆ” bien o mal en todo caso me permitirĆ”n rendir mejor o peor.


Para profundizar un poco mƔs pensemos en el iceberg. El 11 % es lo que estƔ por arriba de la superficie, lo que podemos ver. En este caso es el comportamiento, que determina mi performance.

Si yo soy un jugador de fĆŗtbol y a los 2 minutos del partido me sacan la tarjeta roja producto de una patada que le dĆ­ al rival (comportamiento) mi performance va a ser muy mala.


CĆ³mo nos comunicamos


Tal como menciono Albert Mehrabian, profesor de psicologĆ­a en 1967, nuestra comunicaciĆ³n sigue la regla del 7% -38% -55% El 55% del significado del mensaje proviene del lenguaje corporal visual: gestos, postura y expresiĆ³n facial. El 38% deriva del elemento no verbal del discurso; esto es, el modo en que se dicen las palabras: tono, velocidad, inflexiĆ³n. Tan sĆ³lo el 7% proviene de las palabras; es decir, el contenido del mensaje.

Nuestra forma de comunicar, con nosotros y con los demĆ”s estĆ” en coherencia constantemente. Detenerte a escuchar tu voz interna podrĆ­a marcar la diferencia siempre y cuando vos asĆ­ lo desees. No se trata de escuchar solamente tus pensamientos, si, es el primer paso para luego seguir con la pregunta ĀæQuĆ© quiero que pase a partir de ahora? ĀæDĆ³nde quiero estar? ĀæQuĆ© quiero lograr con esta forma de pensar? Cambiar la forma de pensar, harĆ” que cambies la forma de sentir y a su vez que cambies la forma de hacer las cosas para logres los resultados que vos queres.


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Autor: Diego Lerner


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