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Activación del deportista

La activación del deportista es una fase del comportamiento y entrenamiento que consiste en estimular los órganos para mejorar la respuesta física. El nivel de activación tiene un impacto en los sentidos y la percepción, influyendo así en el rendimiento. Los deportes tienen una gran cantidad de variables que pueden moldear la performance de los deportistas, aumentando o disminuyendo su desempeño. Las fluctuaciones pueden estar impulsadas por varias singularidades: motivación, confianza, estima, activación, presión, emocionalidad. Si estas variables se encuentran en los extremos el impactó será negativo. Es importante lograr el equilibro (el justo medio).

Pensemos en un ejemplo. Tenemos un equipo con exceso de motivación creyendo que el próximo partido lo “gana fácil”. El exceso de motivación podría hacer que en lugar de pensar en el siguiente encuentro, el equipo tenga la mente en otros partidos generando un mayor relajamiento previo al partido, por lo que el nivel del equipo será más bajo. Por el contrario, tener un bajo nivel de motivación me lleva a darme por vencido antes de tiempo, pre accionando con mucho desgano (pre accionar: antes del juego, de la acción. Recordemos que lo que sucede en el entrenamiento o en el partido es el resultado de factores que fueron influyendo durante el día, la semana o el semestre).



¿Qué es la activación?

La activación es el nivel de tensión que puede tener un equipo o un/a deportista. Puede haber exceso/sobre activación, activación muy baja, o activación adecuada. Para entenderlo mejor pensá en una guitarra, si la guitarra tiene una cuerda desafinada lo que vamos a querer hacer es llevarla al punto justo: si está muy floja no va a sonar bien, si está muy apretada se va a romper. Tengo que darle la tensión suficiente para que suene bien. Los deportistas son como las guitarras, tenemos que afinar el nivel de activación. Es válido pensar en la metáfora para llevarlo a otros ejemplos de variables.

Los coaches deportivos contamos con varias herramientas para poder trabajar y abordar las distintas situaciones, antes de saber cual usar es importante haber entrenado nuestra observación, la observación es la función de captar las conductas y las cuestiones que ocurren para poder optimizarlas, “afinarlas”.

Pensemos en la respiración como una herramienta. Cuando estoy muy tenso voy a respirar de forma entre cortada. Cuando estoy muy bajo de tensión lo que tengo que hacer es cambiar la forma en como lo estoy haciendo de forma voluntaria, aumentar mi frecuencia para aumentar mi nivel de tensión, lo autorregulo. Seguramente con la respiración no soluciones todo pero si mejores. Si el equipo mejora va a sentir más control sobre la situación por lo que se va a sentir aliviado y con más confianza. De esta forma habremos intervenido en la activación y en la confianza.



Activación positiva y negativa


La activación positiva es aquella que se eleva gracias a una dosis de motivación. Por otro lado, la activación negativa hace que te tenses por miedo al fracaso porque te está generando ansiedad. Ninguna es buena o mala perse, solo hay que ponerlas en contexto.

Pensemos en el ejemplo del equipo con exceso de motivación.

Generar y desarrollar conversaciones por parte del entrenador o entrenadora como “Son los mejores, seguro el próximo lo ganan” serviría solo para mantener una alta motivación con mucho relajamiento. Para este equipo es importante sumarle miedo al fracaso, ansiedad, pensemos en frases como “estemos atentos porque no tenemos el partido ganado”.

Hay mala prensa sobre desarrollar conversaciones que lleven a los deportistas a estar más alertas, pero como vimos durante el articulo es importante siempre hacer análisis de contexto, si el nivel de confianza es muy alto recomiendo hacer una “calibración” para poder aumentar la concentración en el próximo juego.


Conservar la motivación


Según recoge The psychology notes HQ, sabes que has alcanzado el nivel óptimo de motivación cuando te sientes cómodo física, emocional e intelectualmente.

Es bueno notar algo de ansiedad cuando comienza la actividad que vas a realizar, no excesiva o te arriesgas a empezar a descender por la cuesta de la fatiga.


La ley de Yerkes-Dodson, y la experiencia diaria, respaldan el argumento de que los niveles particulares de activación de las personas influyen de manera muy directa en su capacidad y eficacia en desempeñar tareas.


Según estos psicólogos, hay además niveles de rendimiento diferentes ante tipos de tarea similares afrontados con distintos grados de activación. Ante taras fáciles y difíciles, el rendimiento mejorará a medida que aumenta la motivación.



En resumen, es importante poder hacer observaciones que te indiquen como se encuentra el deportista o el equipo para saber cómo podés intervenir y acompañar.


También se puede agregar una conversación ontológica/ mayéutica al espacio como así también ejercicios lúdicos previos a la competición como medios para el acompañamiento.

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