La importancia de los objetivos en la motivación.
Según profesionales de distintas especialidades; clínicos, nutricionistas, cardiólogos, traumatólogos, kinesiólogos, profesores de educación física y entrenadores, existe una gran dificultad en lograr que una persona asuma el compromiso de realizar, y sostener en el tiempo, una actividad física-deportiva con fines terapéuticos, o para mejorar su calidad de vida
Si bien las personas son conscientes de los beneficios de este tipo de actividad, o en algunos casos de los problemas que trae el no realizarla, les resulta muy difícil llevarlo adelante. Incluso en algunas ocasiones los mismos médicos que recomiendan la realización de actividad física, y conocen en mayor profundidad esta problemática, son aquellos que luego no la realizan.
Cuando analizamos qué es lo que está pasando en el caso de la actividad física, vemos que el problema es que se toma la actividad como una imposición, el ser una prescripción médica, el que “el medico me mando a caminar.”. La idea de que es más fácil solucionar el problema con medicación puede hacer que la persona no acepte o no valore el poder curativo de la actividad física.
Por otro lado la actividad física tiene beneficios a corto y largo plazo en nuestro organismo, sabemos de la gran mejora en la calidad de vida, a nivel físico y psicológico que logramos.
También descubrimos que cuando la actividad física la realizamos de manera lúdica, sin obligaciones, vamos sintiendo en nuestro organismo los avances que logramos, nos vamos planteando nuevos desafíos, y casi sin querer vamos cambiando nuestro estilo de vida hacia una forma de vivir distinta, más saludable.
Nos encontramos con personas que no lograban resultados con un nutricionista lo hacían compartiendo salidas en bicicleta con amigos, personas que habían tenido una vida sedentaria cambiaron por completo cuando comenzaron a descubrir sensaciones y emociones que nunca habían experimentado, alguien controlo la diabetes sin medicación solamente pedaleando a diario, otro bajo de peso caminando y trotando, y un amigo se siente mejor físicamente a los 52 años que cuando tenía 20.
¿Entonces que es lo que está fallando?, ¿Cuál es la manera de trabajar con las personas para que logren los resultados deseados?
Por mi parte creo que un gran avance seria hacerlo desde otro lugar, que no sea la prescripción, la receta.
Trabajar desde lo lúdico, el disfrute, buscando cumplir objetivos que nos hagan sentir cada día mejor, convirtiéndonos en deportistas, aunque no ganemos una carrera, aunque ni siquiera participemos en una.
Desde el momento en que empezamos a “entrenar “porque queremos mejorar, nos convertimos en atletas, atletas que todos los días hacemos algunos kilómetros o cuadras más, que bajamos en algún segundo nuestros tiempos, pero que todos los días ganamos el gran desafío de estar mejor, de tener una vida saludable, de ganarle a tantos otros que se entregan, que no se mueven, y tantos otros desafíos.
Por eso creo cada vez más firmemente que el secreto está en plantearnos objetivos lo suficientemente importantes para que cada día nos motiven a seguir adelante. Estos objetivos deben generar la suficiente motivación para que el tratamiento se transforme en un disfrute, en un deporte, un juego en el que queremos avanzar y ganar, sobre todo, ganarnos a nosotros mismos.
En resumen, siento que disponemos de muchas herramientas que no usamos, y por sobre todas las cosas, que debemos afrontar el desafío de trabajar de una manera holística, sobre la totalidad del ser. Los pensamientos y sentimientos juegan un papel importantísimo, fundamental en el desarrollo del ser humano, y hoy no son tenidos en cuenta como corresponde.
Autor: Cristian Andreose
Instagram: https://www.instagram.com/cristian.andreose/
Comments